viernes, 6 de marzo de 2020

Frankestina.




Construyo una mujer
lentamente
voy añadiendo piezas
tomo prestado lo que necesito
de las mujeres que veo
en tantos lugares,
la estatura fue fácil
a la altura de mis ojos abismales
Sus ojos son igual de insondables.
El cabello es entre gitano y selvático
cuidado para parecer silvestre y domado,
la boca delata una burla contenida,
labios de carne rosada, parda, brillosa,
cuello elegante
hombros de mediana redondez
y brazos largos.
Los senos los tomé de Marilyn,
no concibo otros.
Las manos pequeñas,
dedos delgados y uñas impecables,
espalda poblada de infantil vello,
caderas fuertes
para acoger el ímpetu de la noche,
nalgas esponjosas y firmes,
piernas para desfilar sin prisa
pero con la cadencia de un andar
que promete danza y jolgorio.
Los pies como golosinas.
Me falta dotarla de voz.
Debe sonar como una Femme Fatale
que me llama hacia la penumbra
y dirá las palabras que forjan
un puente hacia la otra orilla.