jueves, 18 de noviembre de 2010
Por Ahí.
Los días avanzan. Creo que la pausa con que ando hoy es la estrategia que quisiera cultivar para lo que viene. Mi cuerpo se ha ido acostumbrando a esta parsimonia y me gozo la levedad de estas caminatas. Sigo sudando igual, a cántaros; y estoy acalorado, pero eso ya no me incomoda, me seco el sudor y sigo rodando, como desconectado pero sin estarlo. La quietud me trae la esencia de la no-acción, pensar pero no actuar, ni siquiera decir una plegaria en voz alta. Pensar y callar, acaso escribir un poco.
Si estoy al lado de la avenida esperando el bus, es medio día, hace calor, el cielo anuncia lluvia, hay poca brisa, el tráfico es espeso y el ruido compacto; entonces meto las manos en los bolsillos, no suspiro, no me alzo de hombros, no me agito, simplemente espero la ruta que me llevará de vuelta a la oficina. Estoy ahí, de pie, miro, pienso, armo frases, programo lecturas y otras actividades, me imagino la música que me gusta, incluso logro vislumbrar la cara de algún personaje que me gustaría construir como protagonista de un cuento. También recuerdo cada uno de los rostros amados, es fácil, son nítidos, son pocos y siempre están muy presentes en todos mis juegos narrativos.
Cuando estoy sentado en el bus, miro todo y pienso ideas que son casi planas, les pongo un toque de agridulce como para no olvidar que el mundo y las personas somos esta mezcla de ritmos opuestos. Miro rostros, ademanes, muecas, distancias, movimientos, silencios...
Me digo que todo va sucediendo con un objetivo, todo finalmente llega a su meta. El círculo se cierra, nunca tarde, nunca temprano. Sucede en el momento exacto, no hay destiempos. En realidad no existe la premura ni el aletargamiento, todo tiene su compás exacto. Es quizás nuestra percepción la que anda desenfocada, imprecisa. Miramos el transcurrir cotidiano desde los anhelos o las anécdotas doloridas.
Hablar en mi cabeza representa conversar con muchas personas. Sostengo soliloquios con cada uno de mis interlocutores. Lo que acabo de decir no es una contradicción. Yo hablo solo, los demás apenas escuchan, no ripostan. Los otros son hologramas creados para ser mi audiencia, hologramas basados en recuerdos de gente real, audiencia que no replica a lo que digo pero ha aportado las frases que funcionan como punto de partida para lo que voy diciendo. Me tomo la libertad de corregir vainas que yo he dicho, edito conversaciones viejas y redacto ponencias sobre lo que siento. Les hablo a los que amo, y en ocasiones les parloteo a los extraños que se cruzaron en el camino y se han tornado relevantes por algún acto suyo que aporta piezas a mi rompecabezas.
En últimas, hablo para buscar. Le doy algo de uso al tiempo muerto de cada día. Converso para revisar mi historia y redactar mi conocimiento de los hechos, mi especulación sobre los asuntos de la vida.
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Hablar con uno mismo es una buena forma de que el trayecto en bus se haga más llevadero. Y a mayor número piezas más complejo el rompecabezas.
ResponderEliminarBesitos llenos de piezas!
Retrato excelente del eterno proceso mutante que somos, tan volátil,tan cambiante, tan impredecible.
ResponderEliminarRecuerdo haberlo leído ya antes. Un soliloquio que te hace más cercano al lector. Fíjate que en mi mundo los escritores no tienen ningún defecto, son tan perfectos como sus escritos. (Cosa del todo ilogica, lo sé.)Sigo leyéndote por acá.
ResponderEliminarRepito: Un buen texto, aunque no necesitas de mis humildes comentarios, ten la certeza que eres del todo original con tus soliloquios, poeticuentos.
Un saludo muy grande desde mi rincón. Gracias por compartir.
Si Cuentera Idaluz, ya lo había publicado antes y esto fue lo que comentaste en aquella ocasión:
ResponderEliminar"Paso muchas horas frente al ordenador, inventándome una vida que no viví, historias por contar. Hablando conmigo misma sin publicar. Me gusta leerte, compañero de viaje. A diferencia tuya yo voy en tren con mi portátil que me permite estar en todos lados a la vez. Un abrazo."
Como siempre, tú tan cercana, tan cálida. Mil gracias.
Era un aroma extraño, no era perfume ni colonia, no era jabón ni crema, ni siquiera era champú; era un olor dulce, muy dulce, sin llegar a ser empalagoso. Lucas, inquieto, buscaba a su alrededor la fuente de aquella fragancia perturbadora, imaginó que así debería oler la ambrosía, se movió con rapidez entre la gente, sin entender porque nadie más lo acompañaba en su búsqueda, y al cruzar por una esquina encontró que su nariz sentía el aroma con mayor intensidad, se estaba acercando al ser que olía tan deliciosamente; sí, ahora sabía que aquel olor no podría provenir de una comida, ni siquiera de la de los dioses, provendría de un ángel tal vez, seguro, tenía que ser un ángel. Cuando la vio, entre el tumulto, Lucas palideció, se sintió mareado, sólo la veía de perfil y, aunque no tenía alas, sabía que ella era su ángel; se encontraba a escasos cuatro metros, y las piernas le temblaban mientras seguía valiente sorteando gente en su camino rumbo al ser más hermoso que jamás imaginó. Su mirada estaba encallada en el rostro de la aromática mujer mientras ésta, quieta, parecía esperar a alguien; el corazón de Lucas empezó a palpitar con extraordinaria rapidez cuando, apenas a metro y medio de su angelical dama, vio que ella giraba su rostro hacia él. Y fue así como, cuando su mirada fija se encontró con la de ella, sintió que su alma lo abandonaba, sin pedirle permiso, sin pedirle perdón, salió a través de su mirada y fue a buscar, como imantada, a su nueva dueña, quien habiendo encontrado lo que esperaba, giró sobre sí misma y desapareció entre la muchedumbre.
ResponderEliminarDavid Figueroa.
Ya lo decía (y muy bien) Machado:
ResponderEliminarConverso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Abrazo
He aquí un holograma más que defiende la despersonalización como forma de enfrentarse al mundo sordo. Y mudo, excepto para vainadas.
ResponderEliminarSalud
En los lugares menos esperados...
ResponderEliminarCharlamos con nosotros mismos... nos encontramos, creamos situaciones que despues volcamos a un papel o no...
En raro... estamos en medio quizas del ruido y nos desconectamos mirandonos por dentro en nuestra propia quietud...
Gracias por dejarme leerte...
Venia atrasada y aún le debo visitas a las personas que admiro leer!!!
Besos a tu alma cielo!!!
El silencio es bueno para escuchar, y, escucharse. Está bien que te analices y veas lo que te pasa, es una manera de crecer, no necesitas terapeuta.
ResponderEliminarTe ves muy bien en la foto. Suerte, te vas a pasear.
Cariños y buen finde. Pasalo bien.
excelente manera de darle utilidad a un tiempo muerto. Estar parado, esperando el bus y conectarte mientras tanto con un interior que por lo visto está poblado de imágenes o situaciones a las que les sacas el jugo.
ResponderEliminarmuy bueno
Saludos y buen fin de semana
A veces, olvidamos de reflexionar
ResponderEliminary es necesario para la supervivencia
de nuestra mente.
Un saludo
... una forma de ver que entre tanta gente se puede estar solo ,cosa que ocurre bastante a menudo!!
ResponderEliminarun saludo.
Tienes un decir dulce y pausado. Entrañable. Carismático y con duende.
ResponderEliminarTengo que leerte más a fondo. Ando un tanto apremiada por el tiempo.
Un abrazo.
He querido seguirte y la máquina no me ha dejado.
ResponderEliminarLo haré en otra ocasión.
Interesante descubrir ...
ResponderEliminary es que verbalizar lo que se piensa no siempre lo acotamos en su dimensión exacta ...claro hay pensamientos inconfesables...pero este proceso del ser trasmuta por su sentir profundo y desde allí redescubre sus puertas...
saludos!
..Sabes es así tal cual..rescatemos al menos..que algunos utilizamos "ese" tiempo supuestamente muerto..para hacer algo"!
ResponderEliminarGracias por tus letras en mi sitio..(hermosas)
buen finde !!un abrazo!!
Barbara
Buscarnos permanentemente para saber de que se trata nuestro propio encuentro. Sorprendernos y quedarnos con lo mejor que somos.
ResponderEliminarUn abrazo
Por ahí te quiero encontrar!
ResponderEliminarUn Besito Marino
Anuar le termino de leer esta entrada a mi esposo, te felicita por la manera que escribes. Le gustó, ya tienes otro seguidor virtual. Cariños.
ResponderEliminarCada persona tiene su peculiar manera de observar la vida, de sentirse en el mundo de uno mismo o de otros, en el que cada uno quiera estar.
ResponderEliminarEs fantástico hablarse, saber hablarse como lo has hecho, encontrarse y saberse decir: "Esto es bueno, muy bueno"....
Besos
Bella, tu carta de presentación en mi blog. Muchas gracias. Bonita sorpresa, tus letras, que me confortan en mi frío Noviembre. Si me permites, permaneceré un ratito más entre ellas y te enlazo.
ResponderEliminarLa ciudad se ve tan tranquila en tu espera al bus que realmente invita a una meditacion personal, formar tus ideas, hablar en tu cabeza, en fin...quizas poder "reorganizarse"...y se nota que tu lo hiciste en toda la armonia de tu vivir en plenitud...pues al final es eso, la vida, el sentirse vivo, me gusto.
ResponderEliminarbesos (perdona no tengo la n con rayita ni acentos en mi teclado)
Me quedo pensando en la frase "En realidad no existe la premura ni el aletargamiento, todo tiene su compás exacto". Y me alivia :) Saluditos desde México!
ResponderEliminarTus palabras llegan, limpias, sinceras...directas. Y me hacen pensar en que hoy es un dia especial porque las he encontrado.
ResponderEliminarGracias por compartir, intentaré encontrar más publicaciones tuyas porque es una delicia leerte.
bicos!