Lo que voy pensando funciona como un
pasatiempo que va archivando sus juguetes. En mi cabeza viven múltiples obras
de teatro, tomos de diversas sagas, largometrajes de dinastías, series de
dramatizados, episodios de historias aisladas, documentales, conciertos,
entrevistas, afiches, monólogos; en fin, todo un zoológico visual y sonoro de
información entrecruzada sobre la cual medito y obtengo razones para explicarme
la vida. Invento diminutas teorías para cada plano de la realidad. Sin embargo
acostumbro a expresar muy poco lo pensado, en el fondo desconfío de la lucidez
de mis elucubraciones. También he detectado que la gente además de aburrirse
con mis disertaciones es poca la atención que les prestan y menos aun lo que
logran entender. Pero lo ridículo de la situación es que yo mismo me veo como
un muñeco parlanchín inoficioso y no logro evitarlo. Quizás en el fondo no
quiera. La masturbación mental también tiene su sabor a postre. Sé que la
verborrea es un mantra que ensordece, que no hay palabra que supere el
silencio, que con una palabra se creó el universo, que… Bueno, hacer un listado
de máximas inoficiosas tampoco aportaría ninguna luz sobre por qué las cosas se
ha vuelto tan ridículas.
He conocido genios universales con iguales inquietudes ebulliendo en su interior, y sus logros salieron de hacerse a la disciplina de trabajar. les rodeaban diez cuadernos y no soltaban su creación a perderse en el aire hablando, sino que hablban para conseguir ser publicados o que les filmaran su película.
ResponderEliminarLa disciplina de callar se conoce como mouna en la India, y es útil para reconcentrar las ideas, pero si te causa placer hablar ten funcionando una grabadora.
Tu talento es evidente solo debes aplicarlo.
Un abrazo y que tengas gran producción en el 2014.
Hay quien busca todo el tiempo detrás de las cosas, hasta que un día, se levanta con los mocos fuera, y se da cuenta de que se ha cansado de buscar.
ResponderEliminarBuscar..., tarea terriblemente agotadora.
ResponderEliminarSaludos
PD: Ahora la dirección de mi blog es http://candelacuentahistorias.blogspot.com.es/
Anuar, sentarse bajo la sombra de un árbol saboreando un refresco en verano, o tomar sol en los mediodías de invierno sorbiendo un té, nos quitan esa sensación de ridículo, un abrazo!
ResponderEliminarAnuar, comparto totalmente el comentario de María Cristina. El escrito podría interpretarse como la autocrítica de alguien, ja ja ja.
ResponderEliminarBesos, gracias por tu visita, nos encantó.
Tus meditaciones son muy profundas, tal vez por eso en un mundo superficial, se pueden sentir ridículas. Saludos Anuar
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