Ahora escribo a partir de lo que las horas me dicen,
redacto llevado por una voz que se ha vuelto mi manera de pensar, y
acompañando esa voz están las imágenes que he ido recolectando de mis últimas
tardes contigo, mi casa está inundada de las curvas de tu cintura, de los
aromas de tu entrepierna, de los sonidos de tu risa, de los gestos de tus
manos, y hay también algunos susurros que no entendí cuando mi cuerpo estaba
dentro del tuyo, y los gemidos despedazaban tus palabras y yo sólo atinaba a
recoger tu humedad para mezclarla con la mía y sentir que de seguir en esa
agitación, fundaríamos un océano en mi cama, o en la mesa de los alimentos
o en la mesa de los libros o en mi silla de las palabras o en el mesón de mi
cocina donde tú te vuelves manjar y te saboreo a lengüetazos y me agito y te
agito, y rodamos por todo lado para llegar hasta el encuentro de nuestros ojos
brillantes, de los labios enrojecidos, casi sangrando de chuparse, las lenguas
enredándose como culebras que danzan, la saliva embadurnándonos los labios, tu
cabello revolcándose por las almohadas, mis manos agarradas a tus nalgas
grandes y redondas para confirmarme el asombro de tener una mujer que me dice
que me quiere, me teme y me acompaña. Asustada acude a mis brazos, recorre distancias
para estar engarzada a mi, salta las barricadas de la historia, pisotea el
tiempo, esconde su pasado bajo la alfombra de un olvido pasajero y me llena de
llanto y silencio, y me promete futuro, confesiones, me repite que me quiere
cada día, cada noche, cada instante en que la ansiedad de estar juntos nos une
de cuerpo entero y no sólo de palabras, entonces los actos nos estacionan en
una verdad de fuego, y somos dos que ya se han encontrado, dos que no se
borran, somos nítidos en nuestro presente de manjares y osadías, contrastes y
rutinas, y vamos tomados de las manos por calles de perspectivas redondas,
cruzando puentes, subiendo a autobuses repletos, mirando libros que nos hablan
de un arte volátil que queremos atrapar con promesas, con fotografías,
lámparas, mantas, bebidas con hielo y meriendas conversadas, pan y mermelada,
té, y músicas que saltan de una guitarra a tambores tropicales, y nosotros
allí, armando un amor de dos desconocidos que se engancharon una mañana borrosa
en que se encontraron en la oficina de las casualidades y se reconocieron como
un mismo aroma de noches de lluvia y amaneceres dilatados, sustancia de un amor
que aún no termina de nacer, que aún no florece y ya delira tener alas, y
quizás sea un laberinto disfrazado de avenida, o un torbellino que va en cámara
lenta y no se siente girar, o este amor es esa torpe manera de negar que la
soledad es el pavor que nos vence siempre, que si nos abrazamos fuerte es
para no caer en el abismo de la incompletud, para aliviar el vértigo de
sentirnos habitantes de la nada, entonces nos besamos con la certeza de
que fuimos sincronizados por el destino para decir aquí me quedo,
esta es mi ruta, ya vi para donde voy, no tengo prisa, el obsequio ha llegado a
mis manos.
Impresionante comienzo de año, Anuar. De nuevo me quito el sombrero ante tu escritura. Feliz año nuevo, amigo.
ResponderEliminarEsa es una página de mi libro: "Las Historias de la Nada".
EliminarLa razón del deseo y su complacencia. El cóncavo y convexo de la canción de Robertos carlos. El amor hecho pasión y necesidad de piel y de adentro. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarGracias, Carlos. Somos esa pasión.
EliminarAnuar me gusta pensar q existen esa clase de amores y que no son sólo un producto de la imaginación
ResponderEliminarAnuar me gusta pensar q existen esa clase de amores y que no son sólo un producto de la imaginación
ResponderEliminarEsos amores existen y son tan comunes como pasajeros. Hay que gozarlos sin reservas y sin esperar nada de ellos.
EliminarFELIZ AÑO, perfecto como siempre...
ResponderEliminarMe halagas, Gracias.
EliminarLo malo de estos amores es su temprana fecha de caducidad.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarBueno Antorelo. ¿Pero quién necesita un amor eterno?
EliminarLo bueno entre más breve mejor.
Amores increíbles , la pasión y el placer. Hermoso !!
ResponderEliminarFeliz año . beso
Querido amigo, qué hermoso regalo del año que comienza, tu poema irradia tu naturaleza. Mucho se escribe y se ha escrito sobre el amor, tú, lo haces de maravilla, lo haces vivo, lo haces simple. No importa lo que dure el amor, lo importante ser feliz mientra ese amor nos hace existir. Gracias maestro. Besos, besitos, besotes.
ResponderEliminarImpresionante. ¿Me lo prestas para soñar esta noche? Llego tarde, lo sé, pero lo importante es que llego y me quedo anonadada saltando entre tus palabras como en una rayuela, pero nunca sé en qué parte quedarme. Ya está, me quedo con la rayuela entera de ese amor disfrutado y sentido hasta la extenuación. Un placer, como siempre.
ResponderEliminarAbrazo grande.
Impresionante. ¿Me lo prestas para soñar esta noche? Llego tarde, lo sé, pero lo importante es que llego y me quedo anonadada saltando entre tus palabras como en una rayuela, pero nunca sé en qué parte quedarme. Ya está, me quedo con la rayuela entera de ese amor disfrutado y sentido hasta la extenuación. Un placer, como siempre.
ResponderEliminarAbrazo grande.
Impresionante. ¿Me lo prestas para soñar esta noche? Llego tarde, lo sé, pero lo importante es que llego y me quedo anonadada saltando entre tus palabras como en una rayuela, pero nunca sé en qué parte quedarme. Ya está, me quedo con la rayuela entera de ese amor disfrutado y sentido hasta la extenuación. Un placer, como siempre.
ResponderEliminarAbrazo grande.