martes, 12 de octubre de 2010

La Amalgama Interior.

Cada persona se va construyendo con lo que su esencia atrae. Bueno, primero es un balde en el que se van depositando hechos. Luego es un imán que atrae unos sucesos y repele otros. Todo se mezcla. Alternadamente se es una esponja o una roca, arcilla y cobre. Nunca agua, jamás viento. El tiempo nada moldea. Cada cabeza arma el itinerario por donde desea deambular. A partir de cierto punto en la evolución de su existencia cada ser se construye a sí mismo. Sus ansias de ser son las que eligen lo que lo nutrirá, el camino a seguir, las aldeas que abandonará. No existen el ensayo y el error. Nada se da al azar. Nada es en verdad un delirio. Todo cabe dentro de lo posible y lo existente. Hay penumbras y luces pálidas. Hay melodías y estridencias, hay pausa.

Se podría pensar que el evento más triste en la existencia de cada ser es el desconocimiento de su propia naturaleza. Cierta ceguera con que avanza no le permite verse en la medida requerida para alcanzar el control de sus movimientos. Toca admitirlo, el control de la existencia es lo que se persigue o se anhela. El control, no el conocimiento. Pero es el conocimiento el que eventualmente aportaría el control. No se reconoce el por qué de la frustración ni qué la causa. El conocimiento de lo que se acarrea dentro sería el espejo que mostraría lo que hay, lo que nos habita. La ansiedad lo ha empañado.
Bestias y monjes, sátiros y querubines, Adonis y Engendro, torbellino y remanso. La amalgama que sostiene la vida impulsa los pasos.

Esto han dicho: La congruencia, "...que lo que tú sientes y piensas sea igual a lo que dices y haces." Unidad. Ser uno solo, un solo ente. No existe tal cosa. Cada ser es un engendro que se bifurca y se bifurca y se bifurca. Ya sea de luz, ya de sombra, o el intermedio: la penumbra, el duermevela. Medio dormido, medio despierto.
Quizás los santos alcancen ese estado de unión total, dentro, muy dentro. Entonces pueden salir a mostrar sus logros, educar con el ejemplo pero sobretodo con la palabra.
¿Y luego? Nada. Siempre triunfa la nada.

1 comentario:

  1. WOW, me ha gustado tantísimo leer esto!!! Joder, cómo piensas! Sabés una cosa? En la nada lo encuentro todo. Tal vez no por eso triunfe la nada, es que es algo destinado a triunfar para que podamos sacar cosas que de ahí sacamos. Muchas veces, avanzar ocurre cuando creemos que no lo hacemos (opinión personal de cómo veo avanzar). Con ese conocimiento del que hablas es que un día puede ocurrir el despertar de nuestro letargo y con ver un poco más claro puede bastar para que(como dices) ocurra el control.

    Un beso,

    Yo

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