jueves, 26 de enero de 2012

Duermevela 2.




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Este insomnio manso
sin fieras ni espantos,
sin aleteo de aves agoreras
ni ruidos espeluznantes.

Este despertar
en medio de las sombras sin tarea alguna
me otorga la certeza
de que la soledad es una guarida tibia,
un remanso de tiempo vacío
que me va gastando la vida
sin dolor y sin pena.


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jueves, 19 de enero de 2012

Duermevela 1.

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Llega la noche y vuelvo al ritual
de cuerpo tendido.
No he querido limpiar mis dientes,
busco que el sabor a pan
atraviese junto a mi el sueño
y me de la sensación de estar saciado.

Sólo cuando la luz se va llega el poema,
la torcedura en el cuello.

Recuerdo que mis ojos están gastados,
si miro al frente con los espejuelos
el horizonte es un manchón impresionista.

¿Qué sonidos triunfan en la noche
si dentro sólo hay un zumbido,
silencio de pasos que ya se fueron?
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sábado, 14 de enero de 2012

Te Hablo...

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No sabría decirte qué me completa.
Más bien quiero seguir en este movimiento
que se vuelve acompasado con tu presencia.

¿Camino solo?

Mi cabeza ha alcanzado el lenguaje
con que puede entenderse a sí misma.
Mi corazón sabe como deshacerse
del cascajo de cada día.
Mi cuerpo entiende su tarea con claridad
aunque se deje ganar de la pereza
y se torne blando, inmóvil.
Me voy transformando, lento, exacto.
Soy un viento tibio, una fiera mayor,
alguien que va a empezar una caminata.

Tú me aportas un temor cómodo,
una certeza fugaz, una meta que se desvanece.
No tienes magia ni misterio.
Y aún así no puedo ver dentro de ti.
Tu mirada huye, tu voz pospone el canto.

Sólo tu cuerpo es laberinto descifrado,
tu piel mi mapa sencillo,
tu beso fruto que muerdo con hambre nueva.

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lunes, 9 de enero de 2012

Carta.



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A lo largo de lo que llevo vivido hasta el momento,
mi vida ha avanzado por sucesos
que fueron aportando los elementos
para elaborar el hombre que soy ahora: un aprendiz.

No estoy terminado,
no estoy elaborado por completo,
pero el esbozo,
el plano de lo que seré
ya está levantado con todo lo necesario.

Ya sé con nitidez dónde buscar,
de qué quiero ir llenando mis compartimentos vacíos
y cómo ir mejorando aquello que está bien plantado dentro.
Incluso hacer a un lado lo que no puedo cambiar,
o seguir llevándolo sin dolor ni queja,
puede ser visto como señal de mejoría.

La meta de mi construcción es sólo una:
descifrar a cabalidad lo que siento y pienso,
para labrar un entendimiento práctico, lúcido,
que sea viable de ser actuado en beneficio propio y ajeno.

Y sobretodo,
quiero hallar la manera más atinada
de traducir mis empresas de aprendiz
en un lenguaje exacto, útil, público.

Todo lo anterior
lo puedo resumir en una frase: te amo.

Mujer,
voy haciendo de mi un mejor hombre
para ofrecerte un buen amor.

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domingo, 1 de enero de 2012

Quizás...

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Quizás debería tener una foto tuya a la mano
para cada ocasión de silencio y penumbra.
Una foto con tu rostro de muchachita perversa
que ni siquiera sabe por qué su cuerpo
se escapa hacia placeres de fuego y llanto.

Tu mirada de hembra volátil
me serviría para mantenerme alerta,
para no alimentarme con fantasías de mundos duraderos,
de pertenencias infalibles.

Tu sonrisa sería también la advertencia
de que hay un dolor sin remendar
conectándonos en esta burbuja de tiempo.

El gesto detenido de tu rostro me asusta,
aviva la certeza de que todo ser es inasible,
de que la esencia de cada ser es un explosivo palpitante,
una fiera al acecho,
un ángel deforme.

Miro tu imagen y quisiera saber
en qué punto se acumulan tus nostalgias,
cuál es el peso real de tu ira,
cuándo se romperá el temple
que te hace gaseosa y oscura,
cuál es el tamaño de la fisura de tu corazón,
de dónde mana el hambre de tu piel.

No recuerdo el roce de tus manos
pero tu voz se me enreda en frases
que avanzan en múltiples sentidos
alérgicos a la convergencia.

Tu pelo salta sobre mi en un oleaje
que puede dejarme sin aire de modo indefinido.

Necesito una fotografía
como portal hacia las imágenes de tu cuerpo
que llevo dentro y me saturan.
Imágenes con carne y temperatura,
de consistencia inolvidable y textura para la demencia.
Tus caderas me pierden sin remedio,
tus senos me guían por sueños en tierras lejanas
con lluvia y músicas antiguas.
Los aromas que recojo de ti
me transforman en un aprendiz de pocos talentos.
Y después del amor compruebo
que en un beso tuyo cabe todo el delirio y la locura.

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