Por ahí... |
Miro a mi alrededor. Irremediablemente sé que
voy a quedar atrapado en las figuras que veo. Todo me resulta una escenografía
levantada con la intención de estimular mi imaginación. Cada imagen me narra
una historia completa. Varias historias se mezclan para consumar una película
mental única.
Me concentro en los rostros, ademanes y giros
corporales. Los rasgos y los gestos condensan la mayor cantidad de información.
Las líneas de las bocas hablan de silencios espesos adoptados después de largas
conversaciones sobre el rodar de la vida y los anhelos apabullados.
Las miradas, aunque suelen intentar ser
insondables, en la superficie muestran ansiedad de saber lo que la existencia depara
y el porqué de lo sucedido.
Sólo observo a las personas que están solas y
en silencio, entregadas a sus pensamientos y recuerdos. En esa labor individual
cada cual se desconecta del exterior y se adentra en sí mismo. Lo que dejan
traslucir suele dar cuenta de su caminata interior, de su trastabillar.
Las poses de los cuerpos varían desde cadencias
sensuales, cómodo desmadejamiento, actitud de espera, derrota, inquietud, ganas
de saltar sobre alguna presa o enemigo, anuncio de llanto por llegar, muerte en
vida.
Miro a mi alrededor y veo mi existencia
insípida reflejada en los que avanzan junto a mi rumbo a la nada.
Rumbo a la nada, o sea sin rumbo.
ResponderEliminarMuy esperanzador.
Ultimamente la gente anda por la calle tan desconectada del exterior que lo rodea que es difícil pensar que haya alguno reflexionando, observando, preguntándose a dónde va la gente.
ResponderEliminarBuen relato!
Un abrazo!
Cuando te detienes a contemplar la vida que pasa, curiosamente parece convertirse en una naturaleza muerta y sabe a formol.
ResponderEliminarMe gustó
Anuar como dijo James Lovelock, en su cuestionada teoría GAIA, tan sólo somos una pequeña célula en el cuerpo de este enorme bichejo llamado "Tierra".
ResponderEliminarEl problema nos viene cuando nos creemos que somos algo más.
Hermosa foto. La gente está muy concentrada en sí misma. No ve lo que le rodea. A todos nos pasa. Cariños.
ResponderEliminarYo camino sumida en mi misma y mirando a los tejados. No es de extrañar que de tanto en tanto tropiece con el suelo...
ResponderEliminarWhen you´re walking on street with all your thoughts, looking the limbus, imagining, looking for nothing, finding everything. and usually "Sugar, bloody" wrong way!!! Mr. Duke
ResponderEliminarP.S: Miss ya.
LLego a ti desde otro blog y me dejo llevar por esa frase ...Tal vez quise decir...Y leo tu entrada tan acertada desde la mirada de alguien que vive la vida con tanta intensidad cómo tu...Me encantaron tus apreciaciones por ese mundo de silencio compartido...Un saludo.
ResponderEliminarA veces, en mi caminar en medio de tanta gente, no miro los rostros, solo me mezclo con el palpitar de la ciudad, porque presiento que la comunicación viene de adentro…afuera, como tu dices, veo una vida insípida que va rumbo a la Nada. La magia de luces y colores solo me hipnotizan.
ResponderEliminarTu reflexión me hace reflexionar.
Saludos cordiales, Anuar.
Cientos de almas buscando en la nada, todo. Y en el todo vuelven a no encontrar nada.
ResponderEliminarIronías.
Abrazo.