Surge curiosidad
por el tiempo que acelera en irse, casi pánico. Esa sustancia que parecía cocer
la vida a fuego lento ahora se siente como un congelamiento apresurado,
dictador. Amar el otoño es entregarse a habitar voluntariamente en el umbral
del invierno, haber renunciado a la luz tibia del verano. El otoño es la
primavera marchita, antesala del frío decorada con el barniz de la nostalgia.
Yo le
digo a mi corazón que se lo tome con calma. Entonces, él reduce el número de
latidos con los que me dicta versos. Adopto la cadencia de un ballet en cámara
lenta y me inclino a recoger las palabras que cada día caen de mi testa. Vivo
tan saturado de mi propia voz que el desbordamiento de mis ideas ha inundado la
casa con el cascajo de mis mutaciones. Recojo residuos de mis viejas pieles
para leer en ellos los hombres que he sido. Hago mi atuendo de invierno, sonrío
enconchado en la soberbia de fabricar mis propias instrucciones de uso. Imposible
aislarme de mí mismo. El tiempo me cuece, yo pongo el adobo. Escojo las finas
hierbas, los juegos cromáticos de los atardeceres, el canturreo de la lluvia, la
gaza de viento lleno de basuritas del campo, los espléndidos desvaríos del
trópico, la sonrisa de Mariana Carbonell, los aromas agridulces de su piel
acalorada, los innumerables recuerdos de los rostros amados, ritmos,
fotografías, aparatos, todo el arte y la ciencia del hombre combinados en el
humus que nutre mis pies, compota que endulza mi sangre, cosmético de mis
plumas, aceite de mis cicatrices, licor de los agasajos con que celebro mi
fecha de vencimiento y desatiendo las miserias obligatorias de la vida.
Bueno, haces bien. Besos.
ResponderEliminarMUY BIEN DIEZ!!!!! Un abrazo Anuar!
ResponderEliminarExcelente descripción. Te digo que todas las estaciones del año tienen su encanto. Muy buen escrito y la foto imperdible, ja ja ja te acordás de esa máquina de escribir. Besos.
ResponderEliminarLa parte en que hablas de las estaciones me gustó mucho. Y la chica, Carbonell, creo que es muy seductora. Me gustó mucho todo, pero en la parte de las estaciones, mis ojos sintieron más disfrute.
ResponderEliminarTe mando un abrazo esperando el próximo post.
Andri Alba.
Los que convivimos con las 4 estaciones debemos mudarnos de piel y
ResponderEliminar"Vivo tan saturado de mi propia voz que el desbordamiento de mis ideas ha inundado la casa con el cascajo de mis mutaciones. Recojo residuos de mis viejas pieles para leer en ellos los hombres que he sido."
Así es Anuar…y nos engañamos a nosotros mismos poniéndole alas al tiempo para que regrese el verano…y en este juego se nos va la vida.
Un bello texto poético con un realismo contundente.
Me gusta tu escritura y franqueza.
Tengas un buen fin de semana.