Bebo un vaso de leche
fría y mientras escribo, dejo que en el computador suene el cantautor canario
que hace años me obnubiló con sus versos y hoy ni siquiera extraño en los días
melancólicos. Sus canciones suenan como un murmullo inofensivo que no me toca,
flotan en el aire y se mezclan con el aroma de la merienda de la vecina de la
A-14, lo cual indica que ya son las siete y ella está viendo el noticiero del
inicio de la noche. Lo sé por el reflejo azul que se filtra entre las tejas del
patio. Nunca le sube el volumen al televisor, intuyo que se siente a gusto sólo
con las imágenes.
Imagino sus pies
descalzos sobre el sofá, la camiseta enorme cubriendo sus piernas dobladas,
panties de algodón y estampado juvenil, no sostén, pezones duros, pelo recogido
en cola sobre la coronilla, té helado sin azúcar, fuente de cerámica de donde
saca trozos de focaccia y los mete en su boca con un tenedor para no engrasar
la revista en la que lee el horóscopo.
Ella espera que suene
en el teléfono la llamada diaria de mamá. Mira por la ventana las sombras que
son árboles, postes, gente que pasa, la acera del frente, el cielo borrado.
Entiende
que la noche trae un pánico disimulado que se aprovecha de su osadía de vivir
sola. Sabe que el vecino de la A-15 es un tipo silencioso que escucha una
música rara y camina erguido mirando al frente sin hacer contacto con nadie.
Imagina sus manos laboriosas sobre el teclado y supone que escribe el relato de
su vida. Lo oye subir las gradas antes de la media noche y cepillarse los
dientes en medio minuto, encender la radio en la emisora de música clásica y
leer hasta que ella se queda dormida. El click final del interruptor de la
lámpara de mesa de su vecino la invita a pegarse a la pared que une sus
dormitorios. Agradece que los ronquidos del hombre de al lado le sirvan de
compañía, mientras sus lentos suspiros originan el sueño en que la veo
deslizarse en mi cama y abrazarme por la espalda sin intención de molestar.
Siento su cuerpo blando adherirse a mi quietud, su piel y la mía mezcladas en
una sola tibieza. Ambos nos quedamos tranquilos convencidos de que es apenas
natural dormir juntos, porque sí, porque el ritual nocturno de los solitarios
se completa con el gesto sencillo de una mirada temprano en la mañana, cuando
él y ella se encuentran de frente al salir de casa rumbo al trabajo, y se miran
sin hablar, sin prometer cercanía pero con la certeza de estar unidos por ser
los habitantes de una misma colmena que viven en celdas contiguas.
Bello relato, Un beso.
ResponderEliminarInmenso relato, Anuar. Muchas gracias por tu obsequio en esa mañana de noviembre, en la que el clima quiere dar fé del calendario.
ResponderEliminarAnuar, el sueño cumplido de tu personaje, muy bien llevado tu relato, un abrazo!
ResponderEliminarExcelente forma de relatar una fantasía, me encantó. Te cuento que a mí también me gusta tener el televisor encendido sin voz, ja ja ja.
ResponderEliminarGenio, te sigo, cariños.
Me gustó, gracias
ResponderEliminarSi vivieras en el campo, no escucharías a tu vecina a 30 cm. de ti del otro lado de la pared y te harías fantasías. Las únicas colmenas que verías serían las de las abejas...
ResponderEliminarsaludos
No lo había sentido... hasta hoy, un placer conocer tu espacio.
ResponderEliminarUn beso
Buenas tardes Anuar, gracias por tu visita a Palabras sueltas, tengo que decirte que no entendí el comentario que me dejaste en el blog...sobre si alguna vez me he sentido como en un emjambre!!! creo ahora entenderlo al leer tu interesante relato, nuestra imaginación puede lograr todo aquello que se proponga, lo que verdaderamente importa es que se encuentre dichosa y feliz. Espero volverte a ver por mi espacio, saludos Pilar
ResponderEliminar¿Sientes que te roban?
ResponderEliminar¡Hermoso destino!
ResponderEliminarPrecisamente, hablo en un poema de las celdas de un panal pensando en un edificio, nadie se conoce y alguno hasta intenta saltar por una de esas celdas. Me gusta tu relato. Gracias por tu visita.
ResponderEliminarEn el A 16, la adolescente tímida, de ojos de lapislázuli y fuego, ensaya puntualmente a las cinco de la tade.
ResponderEliminarSus ejercicios zahieren el aire hormonal del A17, donde mi hijo Eduardo hace equilibrios de contorsionista por vela desde nuestro balcón.
Los geranios desistieron en su búsqueda de sol, por ceder sitio a un joven que adolece de una perseverante queja por no ser correspondido jamás a su mirada imberbe, esa que acompaña de arrebol sus mejillas sólo por pensar en Cándida Solazares.
Si me permites. Un cordial saludo
bueno parece que el que vive en un enjambre eres tu saludos!
ResponderEliminarUn relato tan extraordinario en su forma como en su fondo, amigo Anuar. Los personajes del mismo, posiblemente, poseen aquello que tratamos de buscar sin encontrar: romper miedos y soledades, vivir en un círculo que siempre empieza y termina en el mismo punto,,, excepto, claro, cuando lo rompen con la naturalidad, serenidad y desenfado que siempre está vetado por quienes no esperan alteraciones en la colmena. Es importante ser consciente de habitar en una celda, de un panal, de una inmensa colmena pero también es imprescindible tratar de salir de ella, aunque sea con lo puesto y alcanzar nuevas metas que sean más satisfactorias. Muchas gracias por tu visita y su desasosegante zumbido de abejas.
ResponderEliminarUn saludo, Anuar.
Hola Anuar, gracias por tu visita al blog, ahora entiendo esa frase que dejaste, una forma muy sutil de traernos hasta tu espacio. Me ha gustado ver donde habitan tus letras, y conocer algo más acerca de ti.
ResponderEliminarEste relato es como la vida misma, nuestra forma de vida es metafóricamente una colmena, solo que algunos no salen de su celda apenas y se pierden tantas maravillas por descubrir ahí afuera.
Un saludo
Encantada de visitarte.
Rosa.
Saludos y bueno lo del enjambre por lo visto nos invitó a leer tu entrada.
ResponderEliminarAle
Costa Rica
Hola Anuar, bueno yo ya me estoy jubilando en tu blog…te leo desde ha mucho tiempo y m gustan tus post.
ResponderEliminarLas costumbres o los genes hacen que seamos seres de hábitos…enclaustrados en una celda (llámese apartamento o celda de un panal) repetimos lo mismo…todo se programa desde arriba.
La soledad siempre termina acompañándose de otra soledad. Y nunca estarás completamente solo porque la imaginación hará que te acompañes de tu otro Yo que puede ser Tu, Ella o nosotros.
Un abrazo amigo y feliz noche.
Viví en un enjambre hace un tiempo.
ResponderEliminarBuen relato.
Saludos
amigo, me pasó lo mismo que a Pilar Contreras. No entendía tu comentario en mi blog, hasta que leí el tuyo. Sí, yo también vivo en una gran colmena de 120 departamentos. Muy bueno lo que escribiste y muy imaginativo. Se nota la soledad y el deseo de compartir en medio de la noche, algo más que ruidos...Gracias por entrar a mi blog. Espero que lo hagas seguido, de ahora en adelante. Generalmente, pongo dos cuentos a la semana.
ResponderEliminarUn saludo amable desde Santiago de Chile. Lillian
A veces las multitudes viven/imos presas de la soledad, la cuestión es que sea buscada o no. Salir del nido para descubrir horizontes nuevos es muy conveniente para cualquier tipo de "colmena"; de hecho, los miembros de las colmenas madres suelen independizarse bastante a menudo formando apartamentos /enjambres. ¡¡CURIOSA SIMILITUD CON LOS HUMANOS!!
ResponderEliminarSaludos cordiales,
Fina
Su "gancho" ha funcionado. Me alegra haber picado.
ResponderEliminarbueno, no había sentido que habiataba en un enjambre, pero ya he conocido este y me quedo por acá.
ResponderEliminarsaludos
carlos
Muy bueno y ameno, bien escrito. Un placer visitar tu espacio. Pronto regreso.
ResponderEliminar;o0
Es muy bueno esto que he leído. Me gusta.
ResponderEliminarSaludos.
"Mucha lectura envejece la imaginación
ResponderEliminardel ojo, suelta todas las abejas pero mata el zumbido
de lo invisible, corre, crece
tentacular, se arrastra, sube al vacío
del vacío, en nombre
del conocimiento, pulpo
de tinta, paraliza la figura del sol
que hay en nosotros, nos
viciosamente mancha."... Escrito con L de Gonzálo Rojas
Que soledad social! un abrazo desde Chile,
ResponderEliminarUn enjambre muy dulce!
ResponderEliminarAnuar, no te encanta este ida y vuelta? Visitar amigos nos devuelve la amistad, un abrazo!
ResponderEliminarP.D. Me gustó mucho el poema de Gonzalo Rojas que reescribió Elisa Lichazul
En la ciudad cada piso forma una colmena dentro de ese enjambre y cuando llega la noche llega el silencio llegan los sueños. Para algunos vivir solos es una necesidad, pero sentirse solos una tristeza.
ResponderEliminarUn placer conocer tus letras.
Sí, lo he imaginado. ¿Pura miel?
ResponderEliminarQué bien describes la soledad en que estamos inmersos cada día...demasiada gente solitaria, Me quedé con ganas de saber si era Pedro Guerra el cantautor canario que oías..
ResponderEliminarun saludo
encantador relato! felicitaciones
ResponderEliminarGracias por tu paso un día de noviembre. El destino ha querido que no sienta jamás vivir en un enjambre, quizás me estoy perdiendo de algo ..... o no?
ResponderEliminarSaludos.
REM
Hola, que linda lectura: Y, que bien se conocen esos dos seres humanos que viven en el mismo enjambre, creo que saborean la dulzura de la miel. y, juntos beben el néctar de las flores.
ResponderEliminarHa sido un enorme placer leer este relato que abraza la prosa con un exquisito estilo. Gracias por darme la oportunidad de deleitarme leyéndola.
Te dejo un beso y mi estima.
Feliz fin de semana.
Chauuuuu Grciassssssss
ResponderEliminarTodos tenemos un presente que llena nuestros corazones,
Porque hemos nacido para vivirlos…
Todos tenemos una gran obra que debemos realizar,
Porque hemos nacido para soñar…
Todos tenemos un destino que cumplir,
Porque hemos nacido para amar…
Un cordial abrazo de fin de semana.
Atte.
María Del Carmen
bello relato, bello destino!
ResponderEliminarun calido abrazo
Muchos hay así, que viven en soledad, pero se hacen compañía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Supongo que es una anécdota que sucede más seguido de lo que podemos imaginar.
ResponderEliminarBastante interesante tu relato, tu estilo. Yo por aquí me quedaré.
Un beso desde Siberia.
Pues sí, habitantes de una misma colmena ocupando celdillas contiguas... el mundo, cada vez va asemejandose más a un enjambre, ahora que las abejas extrañamente están desapareciendo y muriendo, ¿será el principio del fin de la civilización?.
ResponderEliminarMil besitos gordotes, Anuar
Casi cada día. Pero sobreviviremos.
ResponderEliminarUn gran abrazo desde Madrid.
No entendía muy bien tu pregunta en mi blog. Ahora sí, interesante texto porque refleja una realidad que es común a muchas personas. A mí tal vez me pasa en algunos aspectos, no en su totalidad.
ResponderEliminarUn beso
Infinitas gracias querido y admirado poeta por concedernos el privilegio de ser testigos de la suprema belleza y profundidad de tus letras. Miles de besinos de esta amiga que te desea feliz tarde de domingo con inmenso cariño.
ResponderEliminarP.D. La imaginación es suficiente para evadirnos de la soledad y unir dos almas en un cruce de caminos.
Dos soledades magníficas y terribles. Simón Rodríguez dijo que "dos soledades no se pueden consolar."
ResponderEliminarMe encanta tu blog.
Una muy imaginativa descripción, donde sientes y buscas alternativas al enjambre. ¿El amor compensa la vida de enjambre? No sé, no sé. Demasiado ruido que eclipsa la fantasía del amor que es decir del deseo.
ResponderEliminar¿Has sentido la lectura como una tentación?
ResponderEliminarme parece muy buena prosa, especialmente el cambio de voz narrativa, de primera a segunda persona y hasta una tercera omnisciente, es una historia sencilla relatada de modo extraordinario. Felicitaciones!
ResponderEliminarMe gustó teacher, felicitaciones por la fluidez de tus letras.
ResponderEliminarAl fin y al cabo, el ser humano es un ser social. Como las abejas o las hormigas necesitan de la comunidad para sobrevivir, a pesar de que a veces lo olvidemos. No obstante, algo tan simple como una mirada te devuelve a la realidad.
ResponderEliminarUn saludo!
Triste destino el de esos seres olvidados de todo. Como ellos, a veces tengo también la sensación de vivir en un enjambre. Saludos
ResponderEliminarMuy buen relato.......gracias por visitar mi espacio.....me encantó llegar hasta aqui......
ResponderEliminarFeliz semana........Un besito...
A-MA-ZING..put a smile on my face.
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