Historias de la Nada 43
Cotidiana
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Invento que soy un tipo excéntrico. Preparo guiso de carne con
abundante pimienta y sal marina. Bebo a sorbos largos un par de botellas de
vino magenta oscuro y espero a que el día cumpla su cometido. La música de
fondo sabe sostener el trance en que me sumergen las tardes de domingo cuando
el cielo es una tela descolorida y tiesa.
Le pido a Mariana Carbonel que se siente desnuda en mi regazo
mientras fabrico un poema. Nada mejor que la ardorosa suavidad de sus senos
pequeños para aflojar la mano. De ñapa, ella arroja su melena rizada sobre mi
olfato lujurioso para que el saldo de la noche me nutra con su aroma aderezado.
Soy nada sin esta mujer atravesada. No puedo apartar mi mano de su cadera. Su
tibieza es pegajosa, su talud adictivo.
Mariana Carbonel habla de la vida en una jerigonza intemporal que
mezcla farándula y levitación, culinaria y tiro con arco, danza y cría de
dálmatas. Escribirle un poema implicaría ser la reencarnación condensada de
varios juglares, haber descifrado el ritmo del silencio, la pausa del colibrí,
el origen del agua, las pesadillas de Dios.
Resignado a ser un
monje mundano entrenado para no quejarse de las bofetadas de la realidad, me
pierdo en el deleite de ser el huésped de sus sueños, el afortunado bribón
espectador y protagonista del jolgorio celebrado en su piel, testigo del
destello en sus ojos cuando le digo que sus besos son ferozmente deliciosos,
que ella es embeleso y espanto.
Muy bueno. Marina es obviamente una mujer original y nada convencional.
ResponderEliminarUn abrazo
Pero ella no es nada sin ti, ¿O acaso lo es todo? Tanto monta, monta tanto. ¿Qué sería de don Quijote sin su Dulcinea, o sin el mismo Sancho? Saludos.
ResponderEliminarBesos.
ResponderEliminarTu musa, Mariana Carbonel, te conoce mejor que tú mismo. Eres tan excéntrico que no te reconoces ni al espejo.
ResponderEliminarEspero que ese guiso esté buenísimo.
¡UN SALUDO!
www.undiariopersonalmas.blogspot.com
Nada mejor que inventarse una piel pegada a otra para crear tanta delicia.
ResponderEliminarBesos.
No sería nadie especial sin tu capacidad de apreciar esos detalles, sin tu visión de la situación.
ResponderEliminarMuy bello.
Vista como es la gente normal sólo hay esperanza en los excéntricos.
ResponderEliminarA ellos me encomiendo para que nos salven.
Ella sos vos... esa es la respuesta :)
ResponderEliminarexcéntrico de algún modo todos los seres humanos lo son ... al final siempre hay quien repite en simultáneo lo que se piensa único
ResponderEliminarGracias por el libro
ResponderEliminarQué buen relato!, mis fantasías me llevan a degustar el guiso...riquísimo. Veo la escena de Mariana sobre tu falda y siento envidia, jajaja.
ResponderEliminarEso es lo que haces con tus letras, introduces al lector en el relato. Gracias no dejes de escribir nunca amigo.
afortunado bribón , celestino de las palabras y los placeres.
ResponderEliminar¡ Envidiable señor!
Un saludo.
Mujer de ensalmo. Saludos. carlos
ResponderEliminarExquisito texto pasional.
ResponderEliminarSaludos.
No te quedes, tus amigos te esperan. Besos y muchos.
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