domingo, 8 de abril de 2012

Siempre Mariana.



Ahora me he quedado aquí, pensando. Me tiro en la cama boca arriba y me dedico a percibir los sonidos de la noche para que los pensamientos se deshagan. Apagué el radio. Llueve lento y armonizado. El efecto sonoro de las tejas de marcolita del patio interior es muy agradable. Me hace sentir que estoy en invierno aunque la lluvia sea poca. Abrí la ventana un poco para que entrara la brisa. La cortina se mueve y juega con las sombras mostazas que ha inventado mi lámpara de lectura. Esa luz fue mi aporte a la penumbra. Recorrí los almacenes de antigüedades del centro viejo de la ciudad hasta dar con ella.
Miro el machimbre del embovedado y no pienso en nada. Desde su rincón, en la planta baja de la casa, el refrigerador ronronea como una mascota que duerme. Busco mi frazada de retazos y me echo encima el peso de su doble grosor armado con figuras geométricas. Mi piel desnuda goza de la frescura de la tela. De pronto siento antojo de un café negro tibio pero no me muevo. Se acerca la media noche y debo estar en pie muy temprano.
Doblo la almohada bajo la cabeza y ese movimiento agita los aromas que la cabellera de Mariana dejó hace un par de días. Su melena rizada va soltando su olor de mango biche por donde pasa. Lo mejor es poder gozar de la intermitencia de sus visitas impredecibles y sentir que todas sus sorpresas son siempre agradables. Su abrazo de hiedra juvenil me renueva la sangre con su veneno enamorado. Si tan sólo Mariana conversara un poco más sobre la vida profunda, sobre el oficio de estar vivos, la invitaría a pasar una temporada larga en este refugio de pocas luces y muchos libros.

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9 comentarios:

  1. ¿Difícil para una sola persona tener un pelo que huela bien y tener una conversación profunda?

    Qué triste.

    La que no cojea de una cosa, cojea de otra.

    ¿ O no?

    Ay, chico, me dejas pensando...

    Un beso ( o dos)

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  2. Una descripción excelente de un instante de tu vida, Anuar.

    Me gustó leerte.

    Un abrazo

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  3. una visita fugaz que deja mas de un pensamiento en la soledad de su perfume
    excelente,anuar
    un abrazo

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  4. Pobre Mariana, que no está a la altura intelectual que el poeta se merece...

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  5. Ser una buena conversadora es imprescindible para llegar a conectar. Pero ,a veces, se necesita alguien al lado que sepa escuchar incluso las nimiedades menos profundas.
    Un beso Anuar. Hacía tiempo que no sabía de ti.

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  6. De tu monólogo añorador, rescato el hecho de recorrer lugares buscando algo que me guste para renovar mi casa, tengo ganas de hacerlo, por lo demás, Mariana llegará cuando menos la esperes para que vuelvas a añorarla después, un abrazo

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  7. Un corto y precioso relato , me ha enredado
    Saludos

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  8. Un relato que me ha atrapado.Un saludo amigo

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  9. Puede que Mariana sea el contrapunto que necesitas, al hilo de tu siguiente post.

    Piénsalo :)

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