jueves, 1 de diciembre de 2016

Pictograma.






Hubo una época en que me amabas
o creías amarme
o querías amarme
y lo intentabas,
lo intentaste.

Una época en que pensabas que el sacrificio
debía ser más grande que el placer.
Callabas, llorabas, esperabas.
Quizás un grito a tiempo
hubiese sido más oportuno
que el paulatino, invisible, desvanecimiento
con que te fuiste de mis días.

En las noches fuiste amante en pena,
víctima de una historia sin voz.

De pronto apareció ante ti
un camino con demasiadas puertas,
luces y colores no intuidos llegaron a invitarte.

Otros ruidos hicieron eco con el rumor de tus sueños.
Aún andas por allá,
pensativa y risueña,
danzando en los velos de tus espejismos,
totalmente intangible.
Feliz, dices.