jueves, 12 de agosto de 2010

Tarde De Jueves.

Poeticuento

Entras al jueves por la puerta de las dos de la tarde y lo hallas acostado, desnudo, como siempre. Lo tocas, lo miras a los ojos y descubres que no piensa en ti. Te entristeces. Te desvistes. Te acuestas a su lado y lo acaricias. Preguntas. Como siempre él no responde y también te acaricia. Observa tu cuerpo: senos encendidos, costados, vientre blando, monte de placer. Mira tu mirar lejano y sonríe quedamente. Hace muecas de niño loco. Ambos ríen. Te hace el amor muy aprisa. Le pides que lo haga más lento. El se detiene. Te recriminas, casi sollozas. El sólo te mira. No piensa. Conoce tu pasado. No te da nada. Tampoco te exige. Como siempre, llena tu piel de fantasías y te envía a casa por la puerta del jueves a las cinco llevando en el rostro la triste placidez que te hace regresar cada ocho días a mascullar tu soledad acompañada.

4 comentarios:

  1. El peor de los amantes, pero es una historia conocida que se repite. La soledad a veces confunde a las personas, sexo a la rápida sin complicidad no es amor.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Anuar, me ha gustado tu blog. Por acá vendré a leerte. Maravilloso encontrarte. Un abrazo!

    ResponderEliminar
  3. Muy triste lo que he leído, una soledad profunda en compañía, es lo peor que puede haber, donde no existe el amor.

    Saludos.

    ResponderEliminar