sábado, 6 de noviembre de 2010

Carta.

Hay días en que me rompo completamente y no me quedan fuerzas para rearmarme. Días en que alguien pisotea mis sueños o me da un portazo porque no le gusta lo que yo soy o no lo entiende o no le sirve.

Días en que a pesar de la luz del verano se me oscurece el camino, las conclusiones de mi sabio espiritual de cabecera fallan en mis manos, el despertador está afónico y no llego a tiempo a ningún lugar, extravié mi bolígrafo de la suerte, el reflejo de las vidrieras me muestran obeso, y mis mejores deseos no son lo suficientemente buenos para nadie.
Días en que no me sale el estribillo para mi nueva canción, o alguien vuelve a burlarse de mis delirios de artista y subraya con fuego mi falta de talento y me enrostra todo lo infantil que soy, lo prepotente que soy, lo cuadriculado que soy...

Quisiera aprender a callar a tiempo, a decir exactamente las palabras que los demás quieren escuchar, en el momento en que las quieren escuchar y con el tono en que las quieren escuchar.
Reniego de ser lo que soy y tengo tanto miedo que quisiera esconderme y no tener tareas por hacer, ni tener deudas insolubles con el pasado, ni tener que mirar hacia ambos lados al cruzar la calle.

Días en que quisiera recordar cómo es que se llora.

Cuando no puedo con mis desastres cotidianos, se me antoja marcar tu número con la urgencia de contarte que he muerto otra vez, y sentir que resucitaría con tu presencia al otro lado de la línea.
Con solo oír tu voz apaciguada sentiría que ya no almacenas rabias para mi ni las engordas, que de verdad me has perdonado, que podría cometer la osadía de pedirte que estuvieras conmigo aunque fuera un ratico, sólo mientras mi corazón vuelve a palpitar...

Días en que añoro la ternura de tu abrazo, la perfecta solidaridad con que me recibías sin pedir mucho y me sostenías la existencia contra toda adversidad.
Quisiera que llegara el día en que tu fuerza me salva tal como soy y disculpa mi naturaleza de engendro fracasado, y pueda ver que te has vuelto inmune a mis sátiras y tu dulzura me vuelve a enseñar la risa.

Entonces te llamo y cuando me contestas digo cualquier vaina tonta.
Hago un chiste y me despido y cuelgo, y así no te enteras que necesitaba contarte mis tristezas para recuperar la fe en la vida.
O llamo y me contesta una grabación que me deja colgado de un balbuceo.
Como consuelo vengo y escribo esto, y aunque el efecto nunca será igual de salvador al que tu voz tendría, siento que ya voy mejor, más liviano. Y aunque sepa que mi soledad es incurable y haya vuelto a concluir que mi manera de amar es inútil y torpe, me incorporo con la certeza de que alcanzaré a llegar a casa a coger mi guitarra y cantar un poco.

15 comentarios:

  1. Qué entradita amigo, tú puedes cambiar del gris al blanco, al amarillo, al rojo. Lo mejor que te ha pasado, eres tú.
    Besossssssssssssssssssssssssssssssssssssss

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  2. Escribir calma, alivia.... cuando escribimos pesa menos...
    Una entrada extraordinaria que me dieron ganas de salir corriendo a decirte que todo pasara... y que tú sigas siendo el artista que eres!!!
    Besos de mi alma a la tuya!!!

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  3. me has emocionado,cuando se está enamorado y solo,sentimos que nos rompemos como una figura de porcelana...y sin embargo las palabras oídas ó leidas de quien anhelamos ejercen de pegamento y nos volvemos a construir,aunque sea por unas horas.....

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  4. algunas veces los sueños pisoteados han mordido los pies de los soberbios, Tu "carta" es profundamente bella y me recuerda muchos desastres cotidianos. MUY BUENO. SALUDOS

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  5. Hay momentos en los que estamos tan frágiles que podemos partirnos en pedazos con cualquier soplido, pero esos momentos pueden pasar a veces con una sola palabra agradable de alguien a quién apreciamos. Creo que debemos decirles a esas personas que pueden salvarnos, el afecto que les tenemos así son conscientes del poder de sus palabras hacía nosotros y nos pueden salvar de ahogarnos en ocasiones.

    Besitos lindo!

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  6. Hay soledades que son incurables, nunca nos dejan.
    Lo que sí tengo claro, es que lo importante es ser uno mismo, guste o no guste a los demás.
    Aunque a veces, hacen daño, mucho daño ciertas palabras en ciertos momentos en que se está sensible de más.
    En esos momentos manoteo sola en el aire, o me abrazo a mi misma.
    Un biquiño y sé tu mismo. Te aseguro que por lo que leo vales un montón.

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  7. Yo escucharía con atención cuando tocas el refugio en que se convierte tu guitarra en esos momentos en los que te sientes débil. Creo que si sacas estas lindas palabras,las notas de tu guitarra no son diferentes. Sería tan delicioso como lo es escuchar tu voz cuando te leo (me alegra que muchas mujeres sentimos tus palabras...¡qué difícil es que no se te sienta!)

    Un abrazo muy fuerte,

    Andri

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  8. Hay días en que todo se hace cuesta arriba, y los demás se encargan de ponerlo un poco más difícil.
    Tristeza, desarraigo en tus letras. Oscuridad en el túnel, pero al final…un rayo de esperanza. Sí, no todo ha de ser malo. Coges tu guitarra y tocas unas notas que seguro te hacen sentir bien.

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  9. Desnudas tu “yo interior” en esta carta, que es un perfecto ejercicio de desdoblamiento. A nosotros, los lectores nos haces participe de tus sentimientos, miedos. Todo en un lenguaje claro y conciso. Un lenguaje directo. Dices de aprender callar a tiempo, cualidad que yo tampoco aprendí. Me gusta esta carta tan cercana, empatizo contigo. Me pongo en tu lugar y yo también rasgaría las cuerdas de la guitarra.Muchos abrazos...gana la batalla a la desolación, nostalgia.

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  10. Conozco bien esos días... por eso sé también que no son eternos y que el tiempo hace su cura con eficaz destreza para que, cada vez menos, sea necesaria esa palabra del otro y, cada vez más seamos nosotros mismos los que aprendamos a ahogar nuestro llanto en palabras que no siempre saben hacerse letras.
    Un abrazo.

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  11. Tu puedes pintar y armar tu mundo, de colores o blanco y negro.. como siempre eres tu quien decide!

    Un Besito Marino

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  12. me encanta leerlo, maestro le dejo un abrazo grande

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  14. En esos momentos de desastre es verdad que viene bien espresarse aunque sea escribiendo para compartir sentimientos, pero aún mejor es hablar con alguien cercano que nos conoce bién.

    Saludos.

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  15. De estos dias Anuar, yo tambien tengo unos cuantos de vez en cuando. Cierto es , aun pareciendo ridículo , que con solo el sonido de la voz que buscas se calma un algo el alma.
    Pase a responder tu visita y encontre palabras maravillosas, las que lanzas al viento.
    Saludos.

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