jueves, 21 de abril de 2011

Transeúnte Circular.

Quizás con un poco de ironía pueda sobrevivir a tanto desajuste que me rodea o me invade. La ceguera que me cubre ha sido fabricada por la costumbre de seguir el mismo sendero cada día. Llevo el rumbo marcado por los innumerables días en que he calcado mis acciones. El ritmo absurdo que me repite lo dicta el vacío interior lleno de ecos gelatinosos. No es el espejo del paisaje el que dobla mi imagen, es el avance circular el que me repite y gasta.
Sin embargo su monotonía no me aturde, tampoco me embriaga. Hay momentos en que sigo mi viejo cauce desolado con entusiasmo, sonrió con fuerza casi desquiciado, doy saltos y aplaudo, me lleno de la luz y del color de las tardes soleadas, hago cursis poemas de cotidianidad, cánticos para anunciar que el tren se acerca.
Otros momentos, avanzo cabizbajo, engarrotado, y el entorno se pone gris, espeso, frío. No logro levantar la cabeza ni lo deseo. Un peso ancestral de amores magullados me aplasta los hombros. Hay fango bajo mis pies y aunque sé que no extraviaré la ruta, no me motiva cruzarla. Es bueno ser un muñeco de cuerda bien aceitado, zombie vegetal que otoñea y es un ente primaveral de musgo oloroso, náufrago en la ciudad, transeúnte invisible que atisba, estatua articulada y con rodachines en los pies. Mi cuerpo se mueve en estertores casi imperceptibles.
El desplazamiento es resultado de mi música interior, blues de los andes, aullido del desierto, llanto del mar cuando la luna lo arrincona.
Quizás desconocer como transcurre el tiempo y como se dan las interrupciones en mi deambular es lo que mantiene el impulso que me mueve.
Una vaga ensoñación me obnubila y me desplaza hacia allá, donde deliro alguien me espera, donde creo podré descansar un poco con los ojos cerrados, escuchando el viento o la lluvia, sin pensar en nada.


.

5 comentarios:

  1. Parar por un momento, detener la rueda de la monotonía, de la vuelta a los propios pasos ya dados, puede ser una forma de cambiar y poner sal a nuestras Vidas... La inmovilidad no implica que se pare el mundo, es sólo otra forma de concebir el movimiento.

    Un Abrazo, Anuar.

    ResponderEliminar
  2. Hago una comparación, yo viajando en un colectivo (autobús) y pensando, ahora voy a encender el horno, preparar el pollo, las papas las batatas, la cebolla, mientras como algo porque estoy muerta de hambre, para el mate no hay tiempo. Y vos escribiendo esto.

    ResponderEliminar
  3. Anuar, muy buena descrpción sobre la rutina. Gracias por escribir. Que tengas buen domingo.
    Cariñosssssssssssssssssssssssssssssssssssss

    ResponderEliminar
  4. ANUAR
    muy lindo, pero ¿cuál es el blues de los andes?
    jaja
    hoy te confundí con Ricardo Miñaña, en los nombres de los blogs. pero ¿de dónde eres?
    abrazo
    felices pascuas
    magú

    ResponderEliminar
  5. gracias ANUAR, bendiciones en DOMINGO DE PASCUA y Bendiciones para COLOMBIA
    magú

    ResponderEliminar