No tengo nada que ocultar, por lo menos no ante mis propios ojos. La realidad sabe cómo imponerme sus criterios, la forma como anda el mundo es la que decide por mí. Yo soy tan sólo el pelele que debe aceptar que los sucesos han sido desenvueltos en la secuencia adecuada, exacta. Los días avanzan por una cuadrícula diseñada para orientar a quienes la habitan. Y aunque es invisible, se puede percibir si la mirada tuvo la suerte de ser dotada de la agudeza para saber por dónde avanza.
Finalmente puedo especular que soy dueño de la mayoría de mis pasos. De hecho ya casi ni les presto atención. Tomo una panorámica rápida pero exacta de hacia dónde me dirijo, y si me percato de que la superficie es resistente, avanzo mirando en varias direcciones. Es la mirada la que se encarga del reconocimiento del terreno y la ruta a seguir. Claro que la mirada vive al servicio de varias fuerzas anidadas en el corazón y entrenadas por la mente. Ese dúo de señores, mente y corazón, no siempre se pone de acuerdo con facilidad sobre lo que es prioritario, adecuado o importante. Soy testigo y víctima de las discusiones en las que se enredan a menudo. Para mi fortuna puedo asegurar que de tanto compartirme como hábitat y dominio de sus indecisiones y ensayos, y a sabiendas de que nunca podrán abandonar su sitio de existencia, han terminado por aprender a convivir con sus desatinos y excentricidades, y han hecho de mí un engendro que se sobrepone, de modo aceptable, a los baches por donde deambula en busca de su voz y sus certezas.
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Finalmente puedo especular que soy dueño de la mayoría de mis pasos. De hecho ya casi ni les presto atención. Tomo una panorámica rápida pero exacta de hacia dónde me dirijo, y si me percato de que la superficie es resistente, avanzo mirando en varias direcciones. Es la mirada la que se encarga del reconocimiento del terreno y la ruta a seguir. Claro que la mirada vive al servicio de varias fuerzas anidadas en el corazón y entrenadas por la mente. Ese dúo de señores, mente y corazón, no siempre se pone de acuerdo con facilidad sobre lo que es prioritario, adecuado o importante. Soy testigo y víctima de las discusiones en las que se enredan a menudo. Para mi fortuna puedo asegurar que de tanto compartirme como hábitat y dominio de sus indecisiones y ensayos, y a sabiendas de que nunca podrán abandonar su sitio de existencia, han terminado por aprender a convivir con sus desatinos y excentricidades, y han hecho de mí un engendro que se sobrepone, de modo aceptable, a los baches por donde deambula en busca de su voz y sus certezas.
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"Ese dúo de señores, mente y corazón, no siempre se pone de acuerdo con facilidad sobre lo que es prioritario, adecuado o importante" ... si sabré de este tema!!
ResponderEliminarUn saludo
Tal vez, nos falte un condimento cuando "la mirada vive al servicio de varias fuerzas anidadas en el corazón y entrenadas por la mente": la buena fe que remite al instinto y ajusticia a las presiones para lograr equilibrio. De no ser así,sería veraz que esa mirada que creo mía, fuere solo un espejismo impuesto desde fuera de mí.
ResponderEliminarhttp://enfugayremolino.blogspot.com/
Hoy sí, hoy has escrito como si te hubieras metido en mí
ResponderEliminarSer dueño de todos tus pasos.......ese si es un logro encomiable...y por cierto: Preciosa habitacion
ResponderEliminarUn abrazo
jajaja hace tiempo que no leia eso de pelele :)
ResponderEliminarES UN PLACER SEGUIR ESTE BONITO BLOG VOLVERÉ
ResponderEliminarUN ABRAZO
MARINA
**ESPIGAS DEL ALMA III**
ANUAR
ResponderEliminarHará un año que no vengo, al menos tenés todo más claro que yo, que a veces no sé como salir de la lucidez extrema, de percibir mis propios celos con el próximo, por ejemplo, con las mamás que acaban de adoptar, cosa que no pude hacer yo.
la foto del escritorio es hermosa
Y sí Anuar, cada uno es artífice de su destino.Gracias por darnos a conocer tu interior y esa habitación, que, habla por sí misma.
ResponderEliminarBesos y que tengas un buen fin de semana.
Unir la mente y el corazòn que dificil es, se deambula entre la realidad y la ficciòn y al final
ResponderEliminarel ganador nunca nos deja contentos.
Me ha gustado encontrarme con tu blog, con tu permiso me quedarè por aqui para seguirte.
Te invito, si tienes tiempo, a pasarte por mi blog.
un fuerte saludo
fus
Ese rincón me parece perfecto para poner a debatir a la Sra. Mente y el Sr. Corazón.
ResponderEliminarEs muy cálido y la luz muy alegre.
Que buena entrada, somos testigos obligados de los debates entre nuestra mente y nuestro corazón. Lo difícil a veces es decantarse por alguno.
ResponderEliminarUn beso
Esto me trae al destino y al libre albedrío, ambos tienen validez para mí, no están enfrentados ni uno opaca al otro, simplemente tomamos la ruta que queremos, sin saber que era la que estaba marcada.
ResponderEliminarahí está el quid de la cuestión en que ambos corazón y mente se pongan de acuerdo, o que al menos nos dejen vivir tranquilamente sin provocarnos demasiadas sentimientos esquizoides...
ResponderEliminar...toda apreciación debe ser tomada como pura especulación...
ResponderEliminarMe pregunto qué te has vestido tras haber mostrado toda tu desnudez o simplemente decidió tu mente continuar desnudo para la discusión entre mente y corazón. Hay un poema fantástico de Antonio Machado sobre mente y corazón. Tu texto me lo ha recordado. Me ha gustado mucho, me gustan tus palabras y sus conexiones.
ResponderEliminarUn abrazo.