lunes, 17 de septiembre de 2012

Video 1

Imagino que estoy sentado en un muro
en medio de la tarde
miro la avenida que avanza hacia el norte
escoltada por fachadas coloniales
mi cabeza está dentro de una burbuja
el ruido de los carros no entra
soy dos hombres
uno sentado y otro que me mira
me veo desde una distancia corta
tengo el pelo rizado
visto camisa blanca
y pantalón oscuro
mi piel es muy blanca
un tanto rosada
solo
me siento solo
pienso que las personas
podrían enterarse de mi soledad
necesito que me descubran
y acudan a abrazarme
o a conversar un rato
la tarde está gris clara
muy tibia
también solitaria
el tiempo flota
hace de la escena una postal cotidiana
en la que nada transcurre
y la vida vuelve a ser
un evento insípido
arrítmico
ajeno
 

6 comentarios:

  1. Anuar, pasaría por esa callecita y le diría al solitario, ...¡Hola!, ¿puedo sentarme?, ninguno de los dos estaría más solo. Gracias por publicar.
    Besos.

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  2. La soledad. Sin ella parece ser que seamos muy poco. Posee mucho sentido el vacío que ella crea. Surgen poemas.

    Besos mi querido Anuar.

    Andri Alba

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  3. Por algo se dice que la soledad es un buen sitio para visitar, pero un mal lugar para quedarse. Certeros versos.

    Saludos.

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  4. La soledad no conoce de lugares o momentos, ataca en cualquier parte. Puedes estar en medio de la ciudad más congestionada y aún así, estar completamente solo. Rodeado de gente y solo al mismo tiempo, extraño ¿no?
    Saludos...

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  5. Observo la gran avenida de casas coloniales, los carros pasan dejando su estela de ruido suspendida en el aire. Sobre un muro hay un hombre sentado, tiene el pelo rizado, viste una camisa blanca y un pantalón oscuro; la mirada perdida sin fijar en nada. Cruzo la avenida hacia el muro, lo observo de cerca, me aproximo. En un movimiento inconsciente gira su cabeza y su mirada, convertida en brillo, tropieza con la mía apenas un instante; dudo, desvío mis pasos en línea recta y paso a su lado. Dos soledades juntas no son buena compañía -me digo- mejor que cada uno aguante de la suya. Continúo el camino atenta al bullicio. ¡Tanta gente que camina y nadie se da cuenta! Busco una sonrisa que haga huir mi soledad, pero nadie sonríe, todos llevan su la prisa encima obviando así su propia soledad.

    Estupendo el poema, Anuar.
    Un abrazo grande.

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  6. Obviamente, se me ha colado un "la" antes de prisa que sobra. Disculpas.

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