Jardincito Zen |
Nada
nos impide avanzar por el camino de la confusión. La semilla de donde crece
viene plantada en los genes y todo acto que se realiza la abona, la cultiva
para hacerla infalible. La pausa para intentar planear qué hacer es inocua, sus
efectos efímeros. Y nunca se percibe con prontitud que vamos en caída. Los días
son sinuosos, de invisible embeleso, irreversibles.
No
existe ningún acto humano que sea nuevo. Todo efecto de la bondad es un mero
barniz sobre las llagas de la desesperanza pues la reverberación de la barbarie es
perenne, corrosiva, nuestra.
Volver a la quietud, a la mágica libertad de la contemplación inanimada. Diluir el pensamiento en la poderosa blancura de la Nada. Ser, por fin, Olvido.
"La pausa para intentar planear qué hacer es inocua..."
ResponderEliminarMe gusta esto de pensar que el movimiento, el seguir sin detenerte es mejor, así siempre tienes la posibilidad de variar el paisaje, aunque el que encuentres sea mas árido no importa, lo fundamental es que los pies sigan andando para no perder el equilibrio. El instinto de supervivencia hará el resto, adaptará los pies al camino.
Gracias Anuar, buen texto.
Muy conmovedor Anuar, un abrazo!
ResponderEliminarYa sabes como pensamos en casa, no hay nadie tan feliz como un jardinero de la vida. La vida es cambio, es movimiento, es renacer a diario. Muy buen relato, la foto genial. Besos, y, muchos.
ResponderEliminarEl pensamiento Zen es enigmático. Y es verdad, la libertad se siente en la contemplación y la quietud de la Nada, la pureza del olvido.
ResponderEliminarPersonalmente, hago Tai Chi, que es meditación en movimiento. Lo hago antes de recostarme y es la mejor píldora para dormir bien! Lo hago sobre la alfombra del living, claro, cuando todos se han retirado.
Estupenda tu reflexión. "No hay nada nuevo bajo el sol"...Lo dice el Eclesiastés, casi al final del V.T.
Cariños, Anuar!
Cuán difícil con este deseo grave de recordar.
ResponderEliminarCon este de ser recuerdo. Con este simple deseo de ser todo lo que la nada es.
Ay, me llegas. Me tocas como la vida la fibra, Anuar.
Qué bueno eres!!!
Algunas de tus letras tienen un efecto que, que, ay Dios, que no sé. Y no saber me permite sentir. Emocinarme.
Besos,
Andri
Ser, eso si que es difícil en un Mundo que se desmorona.
ResponderEliminarSaludos...
Me gusta mucho el último párrafo...
ResponderEliminarSaludos
Exquisito texto casi nihilista, me recuerda algo a Cioran.
ResponderEliminarSaludos.
Me aterroriza que ningún acto humano sea nuevo. ¿Acaso no hay nada ya que esperar? ¿Todo fue conocido en su momento? ¿Qué hacemos? ¿Esperar pacientes esa corrosión? Eso sí, me consuela que los días sean irreversibles, porque eso significa que los actos pueden llegar a importar.
ResponderEliminarUn saludo!
yo hago mi meta caminándola todos los dias
ResponderEliminarbello tu texto!!!
Diluir el pensamiento... uno de esos ejercicios que es más grande que nuestras mayores fuerzas, es tan grande el apego de nuestra cultura a la reflexión sobre el sentimiento, claro que hablo de las sociedades del altiplano, admiro la capacidad de dejarse ser de los habitantes de tierra caliente... ;)
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