sábado, 23 de marzo de 2013

Secuencia del Arlequín 1


Hacia el otro lado


Esta fragilidad en que habito me imparte lecciones de prudencia. Reconozco que la ira es uno de sus rostros. El descontrol, su núcleo. Quizás el antídoto para tanta blandura sea aceptar mi rol de arlequín y acostumbrarme al escenario que la vida me impone. Fuera de esta realidad no hay paraíso.

Soy una máquina sensible cuya vida útil tiene una fecha impostergable.

Sabiendo que el futuro es La Nada, adopto la doble misión de ser -en los días que gasto- mesías y verdugo de las palabras con que levanto estas paradojas.



10 comentarios:

  1. La vida es frágil y llena de sinsabores, pero siempre está la esperanza.
    Saludos

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  2. me gusto mucho esto, lo sentí preciso, abrazos eternos

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Ser una máquina sensible -en contra de lo que quieren que creamos muchos- es una bendición. Un beso.

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  5. Una maquina cuyos sentimientos no fueron programados, pero los siente... Quiza no fue él, pero si su realidad.

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  6. Anu, todos tenemos un poco de arlequín, lo vamos generando a medida que caminamos por nuestro sendero. Muy buen escrito. Cariños.

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  7. Se diría que aquí no pasa nada
    pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
    ha pasado un ángel que se llamaba luz, o fuego, o vida...
    Y lo perdimos para siempre.

    (Ángel González)

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  8. Me reconozco en tu entrada, Anuar…hay días tan frágiles que pienso en las marionetas que actúan en un circo programado…y con y por la Nada escribí un libro completo. Cuál es nuestro rol? no lo sé…y como tú…hay que amoldarse al momento…aunque yo me evado constantemente en mi poesía.
    Pensamientos en rojo.
    Abrazos efusivos.

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  9. Como dices Anuar, cada uno es verdugo y mesías de sus propias palabras, y silencios también.

    Saludos.

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  10. Muy bueno.

    Saludos, Anuar.

    Andri Alba.

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