domingo, 22 de mayo de 2016

Géminis 3.







Insisto en que Julieta y Mariana eran gemelas psíquicas. En los días grises de su ánimo, ninguna de ella salía de la cama en tres días. Claro, tampoco paraban de comer. No había alacena que sobreviviera. Era obligado a poner mi sazón a su servicio y permanecer callado. Toda frase que dijera caía mal, a destiempo, con filo. Incluso el silencio debía acompañarlo con un murmullo que mimara pero no fuera empalagoso. Y como mis movimientos debían ser pausados para no causar disturbios me dediqué a practicar Taichí viendo tutoriales en Internet. Aprendí a desplazarme en cámara lenta. Me alimentaba con recetas vegetarianas y me sentaba horas en un cojín gigante a tratar de poner la mente en blanco. Nunca aprendí a meditar pero le encontré un sabor de frescura frugal al silencio. Aprovechando que soy alto y flaco me dejé el pelo largo y la barba para simular un ermitaño de regreso al mundo. No abandoné los bluyines ni las botas de explorador. Intenté combinar las sesiones con lecturas de budismo Zen pero no pude con tanta sabiduría abstracta. En realidad prefiero dejar al espíritu quieto sin hacerle preguntas trascendentales. No vaya a ser que me encuentre con algún acertijo imposible de descifrar y me robe el sueño. Quizás la sabiduría práctica sobre la vida radique en no hacerse mala sangre por nada.

Al salir de su engrudo melancólico estas mujeres eran realmente luminosas. Julieta es un encanto con las personas. Su don de gente es insuperable. Es alegre y vivaz. Organiza paseos y fiestas con solo chasquear los dedos. Funda escuelas, descontamina ríos, arboriza parques, encuentra hogar a niños y animales de la calle, salva el mundo. La gente de afuera adora a esta heroína que en casa sobrellevamos con emplastos a su ánimo quebradizo y colérico. A la familia le corresponden los insultos y desplantes, las trampas y las deudas. Candil de la calle, oscuridad del hogar. Igual Mariana es la alegría de las fiestas y la niña mimada de la casa. Talentosa en la moda. Con dos toques convierte un atuendo de espantapájaros en un modelo de colección parisina. El GPS de su apetito logra ubicar restaurantes sabrosos en los lugares más inhóspitos.
Había, sin embargo, un estado de ensimismamiento muy profundo en ellas que nunca alcancé a asir. Juntas tienen este silencio templado que no permite mirar hacia dentro con nitidez. El impacto cotidiano de su frustración alcanzaba dimensiones de tsunami. Una, se mueve como un zombie lánguido que arrastra un matiz cetrino por donde pasa y decolora lo que toca. La otra, se vuelve muda sin gestos notorios. Sólo su mirada dice que ella no está ahí.
Ay Mariana y sus pataletas de niña adulta. Dice que su existencia es nula para que uno la contradiga y la ponga en un pedestal. Los rechazos a los halagos hacían parte de la puesta en escena de su temperamento pueril. En sus quejas arrastraba al mundo a un socavón  y a la humanidad la pasaba completa por la guillotina. Todo le resultaba inútil.

Aprendí a esperar que esos ciclos de mal humor en ellas se gastaran solos. En la cercanía permanecía atento sin que se notara mi presencia y sin que pensaran que estaba ausente. Conserje de hotel suizo y novio de cuento de hadas. Quizás el lema que guiaba a estas mujeres en sus momentos de temple era, Yo puedo sola. Aunque en realidad fuera preciso darles una mano en casi todo. No me puedo quejar. Viví muchos momentos divertidos con ellas y aprendí muchos oficios. Masajista, mayordomo, yerbatero. Cuando descubrí  que Mariana se descosía de la risa con mis chistes, me volví coleccionista de los mejores chistes de los mejores humoristas del mundo. Llegué a tener más de diez cuadernos repletos de apuntes y era capaz de hacer reír a grupos numerosos por horas y horas sin fatigarlos ni incomodarlos. Siempre conté chistes hilarantes pero políticamente correctos, pulcros. Ah mis mujeres. Que buenos recuerdos. 



13 comentarios:

  1. Perdón por la ausencia. Aquí estoy.

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  2. Me alegra que tengas mujeres.
    Bien por ti.

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  3. Me alegra yu vuelta bloggera también. Besos.

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  4. Has llegado que ni pintado. Sencillamente, ¡magistral! Un abrazo, amigo.

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  5. Qué buenos recuerdos se conservan en el cofre del tiempo.
    Me alegro de tu vuelta.

    Mil besitos.

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  6. Lo único que no me gustó fue el retrato, prefiero lo natural, un abrazo Anuar!

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  7. así, grosso modo, ni la Mariana ni la Julieta alcanzarán la perfección. Está visto que no.
    (dejémoslas, como 'a ellos', los visores', en estereotipos...jejeje) el relato, genial

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  8. Me quedé pensando en la política plana, del que calla y omite para no estar mal con nadie. ¿Se puede ser realmente feliz así?, ¿haciendo o realizando actividades tal vez ajenas a nuestros propios reales gustos?. Creo que tu relato podría tener otro que indagara la personalidad del protagonista,frente a estas interrogantes.
    Un gran abrazo y bienvenido seas.

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  9. Es un tipo de personas relativamente frecuente. Encantadoras siempre de puertas para afuera, se guardan las impertinencias para los miembros de la familia.
    Bienvenido.

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  10. Recuerdos luminosos que te traen de nuevo, gracias por ello

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  11. Dos personalidades, en definitiva, la de puertas adentro y la que viste careta...
    Un excelente texto. Te felicito,Anuar
    Fina

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  12. Y el romance de las letras continua siempre cuando hay locura

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  13. Un hombre así, si es un héroe, no los que cagan en el recuerdo de sus estatuas, las palomas. UN abrazo. Carlos

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