viernes, 25 de julio de 2014

Linda Mariana.



La mañana ha traído una luz pálida y sucia que me lastima los ojos. 6:30 am. Calle Quinta. Capri. El sol hace esfuerzos para atravesar sus rayas por entre los árboles viejos y los bloques de apartamentos. Todo está húmedo de llovizna harinosa. Gripa. La nariz me arde. Los sábados por la mañana sacan a menos personas de sus camas. Las calles lucen más anchas y casi inútiles. Quienes viajamos hacia la fábrica de desdichas, la ciudad, vamos apelmazados por la modorra y el frío. Sólo el chofer parece estar vivo. Mientras veo el mecanismo del día ponerse en marcha lentamente, deliro estar en casa con  mi mujer, sentado a la mesa comiendo huevos tibios con mantequilla y pimienta, y tomando chocolate con leche, caliente y espumoso, aromatizado con astillas de canela. La miraría a los ojos y le diría, "eres hermosa".



6 comentarios:

  1. Sabes dibujar espacios con palabras, que gran acierto el de las calles.

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  2. Y Mariana, al escucharte, se sentiría la mujer más feliz del mundo. Un abrazo, Anuar.

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  3. Si hay chocolate caliente seguro que es un hogar verdadero.

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  4. Delicado poema en prosa el de este post, Anuar, un abrazo!

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  5. me gusta como escribes
    inundas con tus letras
    un abrazo desde Miami poeta!!!

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  6. Pues díselo.
    feliz tarde, anuar, bella estampa.

    Saludos desde España.

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