miércoles, 24 de agosto de 2011

Ciudad Gris 2





Los lunes por la mañana la gente camina como zombies. Salen de un fin de semana en que estuvieron vivos para ingresar en una burbuja de tiempo llamada semana laboral. Autómatas respondiendo a instrucciones de pocas palabras, mostrando que la vida se teje en funciones complementarias.
En los días de invierno se agudiza la inexistencia. La penumbra impuesta por el gris del clima frío hace que todo pierda brillo. Es difícil sonreír. Los músculos se adormecen y todo cae en el letargo de esperar que el sol del medio día llegue un poco antes. Las miradas se vuelven esclavas del reloj pero el ritmo del tiempo es indiferente a las urgencias de los hombres. Sólo los ruidos agudos del tráfico introducen una variante que sacude el adormecimiento. Sus chillidos metálicos irritan, casi desesperan. Las lámparas de los andenes encienden automáticamente su luz mostaza para contrarrestar el dominio del aire gris. Dentro de la mente siguen funcionando las premisas con que cada persona se impulsa a seguir gastando los días. Pocas son las voces que se oyen tan temprano. A pesar del ruido, el silencio de la mañana ocupa la porción mayor de lo que se escucha. Todo tiene un semblante cansado, antiguo. Los edificios son moles mudas, refugios levantados como antídoto contra un horizonte vacío. Las palomas, dueñas del equilibrio, se estacionan sobre los cables del alumbrado a esperar las primeras gotas de lluvia para irse a un resguardo seco.
Cuando el mecanismo interno de alguna persona se desajusta, sus gestos fallan, sacan a flote la existencia de un mundo oculto que a todos asusta, por magnético. Se hace nítido el pavor de acarrear dentro un orden caótico pujando por salir. Nadie quiere ser causante del malfuncionamiento del engranaje en que todos están inmersos. Sólo se permiten actuar las locuras descritas en el manual.
Quizás la cura contra el enfriamiento gris del invierno y el oxido de rutinas vacías, sea un suéter de colores tropicales, un café caliente, un chiste oportuno, una tentación erótica que acelere los fluidos, una maldición entre dientes, un secreto develado.Debe ser fácil quitarle al gris del invierno su naturaleza paralizante y ponerle una tibieza de hamaca. Es cuestión de hacer de las incoherencias vitamina, música bailable, chapuzón en alberca fresca.

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11 comentarios:

  1. Una hamaca y una alberca! Suena bien :)

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  2. Te agradezco las visitas a mi espacio.

    Tus textos soy buenos sin lugar a dudas. Me gusta la conexión que has establecido entre mecanismos internos y brotes gestuales. Te felicito por tu literatura.

    Un abrazo

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  3. Qué bueno el cambio en el final por colores y sensaciones más cálidas, una salida del gris con bombos y platillos!
    Me hace "ruidos" dos "voces" muy cerca, no sé tal vez la segunda no sea necesaria, tal vez, sí, el autor manda, abrazo

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  4. Gracias María Cristina. Tu mirada limpia mis textos.

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  5. GRacias por el poema que dejaste en mi blog y por la descripcion de la ciudad gris que aqui dejas. Los disfrute.

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  6. Ja ja ja me he matado de risa con el comentario que me dejaste en mi blog. Nos hemos ido unos días a la costa, es un hábito que tenemos y nos encanta, ...escaparnos. No te he abandonado, te sigo Anuar, mi compañero no podía parar de reirse. Como no quise llevar la portatil y tampoco me crucé al locutorio, sino no hubiera descansado. Ya iré leyendo todos los blogs.
    Anu, te digo que está muy buena la descripción de la ciudad gris, vas leyendo y te vas transportando, la fantasía se apodera de uno.
    Te mando millones de abrazos y millones de besos.

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  7. Hola Anuar, buenos e interesantes textos con una impronta muy particular, que fluye de tu Ser. Gracias por llegarte hasta uno de mis tres Blogs literarios.Estamos en contacto. Me encantó tu Blog. Te sigo

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  8. Me gusta cambiar lo oscuro por claridad, lo negro por el color.
    Muy bueno Anuar... como siempre.
    Bicos grandes.

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  9. Me resulta lejano el invierno, ahora que aquí estamos en verano. Pero es muy fácil regresar a través de tu texto, aunque no quiero.
    La calidez del chiste y demás me llegan y yo te quiero enviar un helado, el calor de la arena, las cenas a la luz de la luna, el olor a jazmín,la sandía,el solo sobre la piel,...

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  10. Lo mismo digo, tu forma de evocar es intachable.

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  11. Es en los días más grises donde he descubierto el color, me encanta leerte. Un beso

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